HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: a 50 años del Golpe de Estado

HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: A 50 años del Golpe de Estado ~196~ Por lo tanto, desde su origen mismo, la dictadura en general tomó la decisión de hacer política desde la violencia revistiendo su actuar como ‘tiempo de guerra’, lo que permitió instalar de manera legal los conocidos ‘consejos de guerra’ que con la venía de la corte suprema al decretar no tener jurisdicción y competencias sobre tales consejos en tiempos de guerra, decisión que, según la socióloga, “sería fatal para centenares de detenidos y para la defensa de las garantías constitucionales”282. Aparte del contexto anterior que permitió la violencia institucional y sistemática, para Elizabeth Lira, una explicación a la violencia desatada por la Junta Militar a partir del 11 de septiembre y los meses posteriores, proviene de nuestra propia historia con procesos permanentes de violencia y luego reconciliación que se reiteran, en especial, como sucedía en 1973, en el escenario de “una sociedad tan dividida”. En ese contexto, la brutalidad de la violencia se explica, según la conocida psicóloga, porque “se quería expresar una demostración de poder omnipotente. La violencia tiene que ver con la sensación de amenaza –en el contexto de la Guerra Fría y la conversión de Chile al comunismo-, que percibieron los estratos altos y los mandos militares. La represión en Chile, a diferencia de otros países, es selectiva: partidos políticos, líderes, dirigentes. Si uno repasa los ejecutados y desaparecidos de Lonquén, son todos dirigentes, lo mismo en el complejo maderero Panguipulli. Hay una especie de venganza, vendetta, con quienes encabezaron los procesos de transformación que se estaban inoculando en la sociedad chilena desde 1965 en adelante”283. Para ella, la excesiva violencia ejercida en contra del mundo rural se explica, también, porque carabineros y militares, “localmente fueron informados sobre personas peligrosas y en particular son civiles los que entregan las nóminas. En Cauquenes, por ejemplo, son gente joven, que los matan y luego los dejan en el campo –fundo Oriente– para amedrentar a los campesinos, sobre lo que les podría pasar. Si uno hace el mapa de los detenidos de Osorno, Cauquenes, Colina, Lonquén o Paine, resulta que eran todos dirigentes de la reforma agraria, o sindicalizados”284. La violencia ejercida en el proceso de instalación de la Junta y en sus meses posteriores se entiende en una dinámica histórica en la cual la sociedad, desde el inicio de la república, ha vivido procesos de ruptura cíclicos, continuados luego por reconciliaciones que nunca detienen el fenómeno y que, en el agro, tuvo carácter ‘genocida’. Porque lo que se buscó allí después del golpe, más que el sometimiento del otro, fue su eliminación, su exterminio. Ello explica la ejecución masiva de dirigentes campesinos y sindicalistas en el campo y el rol protagónico de actores civiles. 282 Ibid. pág. 28. 283 Conversación citada con Elizabeth Lira. 284 Id.

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