HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: a 50 años del Golpe de Estado

HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: A 50 años del Golpe de Estado ~172~ 39. Eliseo Tracanao Pincheira, 18 años, obrero maderero, vinculado al Movimiento Campesino Revolucionario (MCR), detenido en Trafún. No está de más manifestar que, como se hizo costumbre en esta zona, fueron carabineros del retén Liquiñe, acompañados también por civiles, quienes entregaron a los campesinos a uniformados pertenecientes al grupo 3 de Helicópteros de Maquehua; estos últimos, con lista en manos, los aprehendieron. La tropa, con el apoyo de un helicóptero, se movilizaba en un vehículo particular, una camioneta del SAG y en la ambulancia del retén. Los campesinos fueron ejecutados en el puente Viejo de Villarrica, en el río Toltén. Testigos señalan que a las 02:00 AM del jueves 11 de octubre –exactamente un mes después del golpe- se sintieron disparos en el puente sobre el río Toltén. Según el informe Rettig “actuaron divididos en varios grupos, que se juntaron en el cruce de Coñaripe, cercano a todos los lugares en que se practicaron las detenciones. Allí tomaron el camino a Villarrica y en el puente sobre el río Toltén, ubicado a la entrada de la ciudad, les dieron muerte y arrojaron sus cuerpos a las aguas. Dos de ellos fueron reconocidos por los lugareños, antes de sumergirse definitivamente en el río”247. El puente quedó manchado de sangre. Son detenidos desaparecidos. Según se describe en el texto de Héctor Araya, “al pasar una semana de los fusilamientos, producto de los gases generados por la descomposición algunos de los cuerpos comenzaron a emerger del cauce del río- y quedaban enredados con las ramas ribereñas de algunos árboles o arbustos. Vecinos del sector que trabajaban como boteros los descubrieron y dieron cuenta del hecho a la sub comisaría más cercana… los carabineros exigieron a los boteros… que los trasladaran hasta el sitio del hallazgo de los cadáveres y una vez allí, los desenredaron para que siguieran su curso por las aguas del río, también le dispararon a los cadáveres”248. Como ironía del destino, la viuda de Carlos Cayuman, terminó trabajando como lavandera y empleada en Coñaripe para Hernán Carmach, hermano de Juan, quien facilitó uno de los vehículos en que trasladaron a los prisioneros que se iban a ejecutar y desaparecer. Herminda, la viuda, alguna vez confesó: “hambre, miseria, explotación y por sobre todo miedo, desorientación, confusión, dudas, desconfianzas, pérdidas, soledades he tenido que vivir todos estos años”249. En tanto, Julio Ponce Lerou se hacía cargo del complejo, lo vendía y comenzaba a construir su riqueza no exenta de acusaciones y polémicas como las señaladas aquí. 247 Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Volumen I, op. cit., pág. 393. 248 Héctor Araya Hernández, Las matanzas del colmpleo maderero y forestal Panguipulli, op. cit., pág. 250. 249 Id., pág. 297.

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