HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: a 50 años del Golpe de Estado

HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: A 50 años del Golpe de Estado ~48~ a todos y ordenó: ‘¡Al primer huevón que se mueva, dispárenle inmediatamente!”68. Continúa luego: “sentí una lluvia de disparos alrededor de nosotros. A mí me colocaron una pistola –creo– en mi oído, la que me quemó el pabellón de la oreja, por lo caliente que estaba el arma de tanto disparar. Luego me di cuenta de que los gritos y el llanto de los demás, así como los disparos, se fueron reduciendo. Pensé que la horrorosa y desenfrenada orgía de torturas, de sangre y de muerte se había terminado”69. El joven teniente Emilio Cheyre Espinosa fue el encargado de llamar telefónicamente al diario local El Día, oficiando publicar, en la edición del 17 de octubre, un bando en la portada del periódico cuyo titular era “Ejecutadas sentencias del Tribunal Militar” acompañado por la siguiente bajada: “Quince personas fueron ajusticiadas por diversas causas”70. El comunicado no solo faltaba a la verdad, sino que incluso, ni siquiera el procedimiento que se ajustó al Código Militar, como lo determinó la sentencia del juez Juan Guzmán. Patricia Verdugo dirá en Los Zarpazos del Puma sobre esa caravana que “el dolor cruzó umbrales muy diversos y distantes, desde hogares de alta clase media en La Serena hasta modestas viviendas campesinas en el pueblo cordillerano de Salamanca, pasando por el enclave pesquero de Los Vilos, ambos a unos doscientos kilómetros”71. De los quince acribillados, seis tenían vínculos con el campo: 1. José Araya González, 22 años, campesino, padre de un hijo, provenía de Salamanca y era hermano de Sergio Araya quien estaba detenido cuando sucedió su asesinato, tal cual como lo relató en este texto; era simpatizante del Partido Comunista. 2. Víctor Escobar Astudillo, 21 años, era técnico agrícola y se desempeñaba en la CORA de Salamanca. También fue ejecutado político de la caravana. 3. Jorge Contreras Godoy, 31 años, campesino. Sin militancia política. Fue detenido por carabineros y trasladado a la comisaría de Illapel, donde permanece hasta el 15 de octubre cuando es trasladado a la cárcel de La Serena. 4. Gabriel Vergara Muñoz, tenía al momento de su asesinato 22 años, era presidente del Sindicato Ranquil, militante del Mapu, se desempeñaba como obrero agrícola y su residencia estaba en la localidad de Villaseca, cerca de Ovalle, donde era miembro del directorio de la junta de vecinos. 68 Carlos Oros, op. cit., págs. 52-53. 69 Id., pág. 53. 70 Diario El Día, 17 de octubre de 1973, recortes de prensa. 71 Patricia Verdugo, Los zarpazos del puma. La caravana de la muerte, editorial Catalonia, pág. 78.

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