HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: a 50 años del Golpe de Estado

HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: A 50 años del Golpe de Estado ~186~ El complejo forestal y maderero Panguipulli y la hacienda Rupanco fueron escenario de situaciones de tensión cuando los campesinos gestionaron las faenas como propietarios o trabajadores del Estado, Junto con las esperanzas que despertaron los procesos de transformaciones del agro en los campesinos y en el pueblo mapuche, se incubó allí un activismo militante que fortaleció la revuelta. de negocios muy diversificado, al igual que la hacienda Rupanco en que trabajaban cientos de personas en las diversas faenas de producción que se generaban en su interior. Ambos territorios fueron escenario de situaciones de tensión cuando los campesinos gestionaron las faenas como propietarios o trabajadores del Estado, como ocurrió en el complejo Panguipulli, que se transformó en una empresa estatal administrada por sus trabajadores, presa muy apetecida por los triunfadores del Once. Un dato que no resulta casual, es que en torno a ambos complejos -Panguipulli y Rupanco– hubiese surgido la leyenda, incluidas querellas en su contra, de Julio Ponce Lerou. Junto con las esperanzas que despertaron los procesos de transformaciones del agro en los campesinos y en el pueblo mapuche, se incubó allí un activismo militante que fortaleció la revuelta . Si bien, tal como lo señaló JesúsÁngel Redondo en “Tierra, trabajo y libertad”, ese activismo fue sobredimensionado por la prensa de la época, en especial el vinculado al MCR, lo cierto es que existió y fue potente tal como nos lo describen textos como “Memorias de la lucha campesina” de Julio Bastías; “La tierra para quien la trabaja” de Heidi Tinsman; “Reforma Agraria y revuelta campesina” de José Bengoa; o “De Carranco a Carrán” de José Manuel Bravo, entre otros. Esas obras dan cuenta de la rica e intensa movilización social que generaron las promesas de cambios en la tierra ofertadas por los gobiernos de Frei y Allende, sucesivamente, administraciones en las que, tal como nos lo indicaron Jacques Chonchol y Jaime Gazmuri, protagonistas de ese proceso, hubo mucho más de “continuidad que de ruptura”. Una reforma “rápida, drástica y masiva” que en su implementación modificó los patrones sociales y de vida asentados en el campo durante cuatro siglos, por cierto, iba a generar en el mediano plazo reacciones. La temprana muerte de Hernán Mery, funcionario de CORA en Linares, a manos del grupo Rolando Matus, compuesto por terratenientes locales, resultaría ser un claro indicio de que la reforma tendría respuestas de quienes se iban a ver afectados por esas transformaciones.

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