HISTORIAS, MEMORIA RURAL Y FUTURO: A 50 años del Golpe de Estado ~158~ Se revela aquí el papel de carabineros y civiles en las detenciones. En el caso de los civiles, incluso llegan a operar sin supervisión policial y aparecen como uniformados, acompañando a efectivos regulares. Río Allipen, escenario de algunas de las ejecuciones. Fuente: www.pinterest.cl Como se sabe, al igual que en el área sur del Biobío, se revela aquí el papel de carabineros y civiles en las detenciones. En el caso de los civiles, incluso llegan a operar sin supervisión policial y aparecen como uniformados, acompañando a efectivos regulares. Como se puede deducir del detalle de los casos, septiembre y octubre de 1973 concentran el grueso del número de ejecuciones y desapariciones. Al igual que en otras regiones del país, se producen en la zona hechos previos al 11 que anticipan lo que sucederá luego. Un modus operandi que llama poderosamente la atención, por su simbolismo, es que el grueso de las víctimas rurales eran llevadas desde retenes a un puente para ser ejecutadas y luego arrojadas a los ríos como el Toltén, Damas, Allipén, Imperial, Donguil. Se repite, también, el escenario de las ejecuciones: los fundos. Algunos que fueron arrojados al mar luego aparecían en las playas de la zona. Hubo diversos centros de detención como regimientos, la base aérea Maquehua, cárceles públicas, comisarías, retenes, llegando a constituirse 83 recintos utilizados para esos fines. 227 José Bengoa, Reforma Agraria y revuelta campesina, op. cit., pág. 87. Trabajadores del campo y entre ellos mapuches y funcionarios de agencias del Ministerio de Agricultura fueron sus principales víctimas. Como diría José Bengoa, mientras los mapuches y campesinos eran objeto de la más cruel represión: “los dirigentes de los partidos políticos nacionales se arrancaban o se escondían”227.
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