Chile integrará bonos de carbono al manejo sustentable e incremento del bosque Noticias Nuestra Tierra

Chile integrará bonos de carbono al manejo sustentable e incremento del bosque

Angelo Sartori, Ingeniero Forestal, encargado nacional de Bosques y Cambio Climático

 Ernesto Lagos, periodista

 Conaf

 

Facilitar la integración al mercado del carbono de pequeños y medianos propietarios forestales y de comunidades indígenas relacionadas al recurso forestal para mejorar sus ingresos y, además, ayudar a las grandes empresas nacionales a compensar la “huella de carbono” a fin de optar a los mercados internacionales con ventajas comparativas, son las metas que se trazó el Ministerio de Agricultura a través de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), al desarrollar la Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático (ENBCC).

La huella de carbono es la contabilidad de la emisión de dióxido de carbono (CO2) en el proceso productivo de la empresa, es decir, cuánto se emite a la atmósfera.

Los estudios señalan que los bosques son uno de los contribuyentes de emisiones de los denominados gases de efecto invernadero (GEI), vinculados al cambio climático, debido a la masiva deforestación y degradación forestal existente en términos globales, y a los incendios forestales. Pero a la vez son sumideros y captadores de los gases efecto invernadero al almacenar el CO2.

En este contexto, Chile tiene una gran capacidad, porque, junto al impulso sectorial logrado, cuenta con alrededor de 2,3 millones de hectáreas factibles de ser forestadas, en las cuales se podría integrar también la variable de captura de carbono y generar, en consecuencia, más recursos financieros a los propietarios de estos suelos, mayoritariamente pequeños.

El mercado internacional de los bonos de carbono posee un alto potencial. Por ejemplo, en 2008 los países que vendieron bonos de carbono forestal a las empresas interesadas en disminuir su huella de carbono alcanzaron a 5,3 millones de CO2 capturado, equivalente únicamente al 1% de las transacciones. De los €$4.807 millones generados, sólo €$25 millones (0,5%) correspondieron al sector forestal, por lo que el crecimiento a futuro puede ser muy relevante.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó que en el período 2000-2010, Chile tuvo una tasa de crecimiento anual promedio de 40 mil hectáreas de sus bosques. Así también lo ratificó el Catastro Vegetacional del país en 2011, según el cual de 15.637.233 hectáreas en 1997 se aumentó a 16.676.875 hectáreas (17,3 millones actualmente).

 

Estrategia nacional

En este escenario, Conaf está trabajando la ENBCC que incluye la Plataforma de Generación y Comercio de Bonos de Carbono (PGCBC) del Sector Forestal de Chile, la que tiene el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente.

Esta Plataforma, a juicio del ministro de Agricultura, Luis Mayol, facilitará aspectos propios de negociaciones de bonos de carbono al poder contar, por ejemplo, con planes o normas de manejo para distintos tipos forestales que certificarán la cantidad de captura y fijación de carbono, generándose bonos que pueden ser transados tanto en el mercado nacional como internacional.

En este marco, el director ejecutivo de Conaf, Eduardo Vial, explicó que se analizaron los dos mercados asociados: el “regulado”, ligado a países desarrollados con compromisos obligatorios de reducción, donde las iniciativas forestales se limitan sólo a forestación y reforestación; y el “voluntario”, que considera bonos generados a partir del manejo de bosques, forestación, conservación, deforestación y degradación evitada y en donde la demanda está dada por las empresas para fortalecer programas de marketing y de responsabilidad social, entre otras motivaciones.

Y justamente otra de las ventajas que tiene Chile es el interés que están mostrando empresas nacionales, especialmente las orientadas a los exigentes mercados externos, para comenzar a compensar la huella de carbono a través de la compra de bonos en lo que el sector forestal puede ser un excelente aliado.

La estrategia que se está generando disminuye los costos inherentes a la implementación de la captura y emisión de bonos de carbono para los propietarios forestales, tales como disponer de estudios técnicos estandarizados o planes de manejo únicos por especie o tipología, validados internacionalmente; también considera el que esta nueva “fuente de ingreso” sea compatible con otras acciones productivas y ambientales en los bosques, en procura especialmente de integrar a los pequeños y medianos propietarios, comunidades indígenas y rurales.

A la fecha, se han realizado jornadas de diálogo con organismos públicos competentes en la materia, ONG, académicos, comunidades indígenas y empresas privadas, entre otros actores relevantes.

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