Revista Nuestra Tierra N. 320, Octubre 2019

| Pág. 28 | REVISTA BIMESTRAL DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA ¿S abía usted que sólo en América Latina se desperdician 348.000 toneladas de alimentos? Una situación que no escapa de la realidad chilena, donde el 28% de la pérdida sería responsabilidad de los propios consumidores y el 72% ocurre en etapas previas relacionadas con el proceso agrícola en la cadena de valor (manejo, almacenamiento, producción, distribución y procesamiento). “Si bien los agricultores, junto con los sectores público y privado, están buscando soluciones para minimizar las pérdidas en el campo y en los canales de distribución, no debemos descuidar el papel de los consumidores. Necesitamos proporcionar información para ayudarlos a evitar la pérdida de alimentos, especialmente en relación a cómo mantener las frutas y verduras frescas durante períodos más largos”, afirma el especialista del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Bruno Defilippi , quien durante años ha liderado diversos estudios para enfrentar este grave problema, brindando no sólo soluciones tecnológicas sino también difundiendo el conocimiento. En ese sentido, el investigador explica que existen iniciativas que buscan desarrollar tecnologías que permitan reducir las pérdidas. Por una parte, las nuevas variedades que tienen una vida más larga después de la cosecha y, por otra, el uso de sistemas de protección de cultivos que pueden ayudar a mitigar los efectos de eventos climáticos. Pero además existen otros importantes avances respecto de la resistencia a enfermedades y a la disminución de productos químicos, para que sean productos más sanos e inocuos. INVESTIGADOR DEL INIA ENTREGA RECOMENDACIONES PARA EVITAR PÉRDIDAS DE ALIMENTOS LA AGRICULTURA NO SOLO ENFRENTA EL DESAFÍO DE PRODUCIR PARA UNA DEMANDA QUE CRECE PAULATINAMENTE EN TODO EL MUNDO, SINO QUE DEBE LUCHAR CONTRA ESTE GRAVE PROBLEMA, QUE IMPACTA FUERTEMENTE A LA SOCIEDAD. María Jesús Espinoza Garrido mariajesus.espinoza@inia.cl En el caso de las nuevas variedades, INIA, con una experiencia de décadas en cultivos extensivos como el trigo, ha aportado ya hace algunos años al desarrollo de variedades en uva de mesa, logrando junto al aporte público y privado comercializar a nivel internacional una variedad con buen sabor y buena duración en poscosecha. En tanto, el uso de sistemas de protección de cultivos está cautivando el interés de cientos de productores en todo Chile gracias a su positivo impacto. A la fecha, INIA junto a otras instituciones ha evaluado el uso de coberturas en varios frutales, donde destacan la uva de mesa y el arándano, constituyendo una herramienta crítica para reducir las pérdidas por eventos climáticos como lluvias o heladas en periodos críticos durante el crecimiento y desarrollo. Usos distintos de las coberturas apuntan a reducir el consumo de agua, que es una temática limitante en varias zonas productivas. | INFORMACIÓN TÉCNICA |

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